Claudia Sheinbaum prepara una nueva reforma electoral: ¿qué propone y por qué preocupa?

Claudia Sheinbaum ya dejó claro que piensa reformar el sistema electoral mexicano, proyecto comenzó el expresidente Andrés Manuel López Obrador, pero que no logró concretar. Si todo marcha como lo planea, podría discutirse y aprobarse tan pronto como septiembre de 2025. Pero, ¿de qué va realmente esta reforma y por qué hay tanta controversia?

¿Por qué Sheinbaum quiere una reforma electoral?

La presidenta ha señalado que el actual sistema electoral es costoso, poco eficiente y, en algunos casos, parcial. Tras las elecciones del Poder Judicial el 1 de junio, criticó al INE (Instituto Nacional Electoral) por actuar de forma “extralimitada” al pronunciarse sobre la validez de ciertos votos. Según ella, esa decisión debía haber sido tomada exclusivamente por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).

¿Quién liderará la iniciativa?

Una de las grandes sorpresas fue el anuncio de que Pablo Gómez, actual titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), dejará su puesto para encabezar una comisión presidencial encargada de redactar la reforma electoral. La decisión refuerza la idea de que esta propuesta será una prioridad política para el nuevo gobierno.

¿Qué cambios se plantean?

Aunque la propuesta completa aún no ha sido presentada, Sheinbaum ha adelantado algunos puntos clave que podrían formar parte del proyecto:

  • Reducir el presupuesto del INE y hacer las elecciones más “baratas”.
  • Recortar el financiamiento a partidos políticos.
  • Eliminar o modificar el sistema de representación proporcional (es decir, las listas plurinominales).
  • Establecer un mayor control y regulación sobre las y los consejeros del INE.

Estas propuestas podrían transformar de manera significativa cómo se organizan las elecciones en México, y también cómo se equilibran los poderes dentro del sistema democrático.

¿Se fortalece o se debilita la democracia?

Aquí está el debate central. ¿Se trata de un esfuerzo legítimo por mejorar el sistema electoral o de una maniobra para controlar el árbitro de las elecciones? La respuesta dependerá del contenido final de la iniciativa, pero también de cómo se dé el proceso legislativo.

Si hay espacio para el diálogo, participación ciudadana y contrapesos institucionales, podría construirse una reforma positiva. Pero si se impone con mayoría simple, sin escuchar a otras voces, entonces sí podríamos estar ante una regresión democrática.


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