En un país que carece de educación sexual debido al estigma social sobre el VIH, aprobar la autorización de cabotegravir para el uso inyectado de la PrEP (profilaxis preexposición) genera un panorama positivo para las personas con vida sexual activa.
De acuerdo con cifras del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), en México se registran más de 14 mil nuevas infecciones por VIH cada año, sin mencionar a las miles de personas que viven con el virus de manera activa.
La Cofepris dio a conocer en su último informe del mes de julio que se otorgó un total de 210 autorizaciones sanitarias, entre las que se incluyen 164 para dispositivos médicos, 28 para medicamentos y 18 para protocolos de investigación clínica. Entre estas aprobaciones destaca la autorización de cabotegravir.
Cabotegravir: nueva esperanza contra el contagio por VIH
Durante los últimos meses la OMS ha recomendado la aplicación de tratamientos preventivos de larga duración, ya que esto facilita y reduce visiblemente la posibilidad de sufrir un contagio por VIH, aun cuando se haya estado expuesto al virus por la ausencia de métodos anticonceptivos o accidentes que ponen en riesgo la salud del ser humano, teniendo o no una vida sexual activa.
Este tratamiento reduce visiblemente el riesgo de sufrir un contagio por el Virus de Inmunodeficiencia Humana, que ataca al sistema inmunológico debilitando la capacidad del cuerpo humano de combatir enfermedades e infecciones.
La inyección funciona como una alternativa al tratamiento oral de PrEP tradicional, que requiere tomar pastillas los 365 días del año. Su finalidad es mantener el virus inactivo dentro del sistema para que no pueda replicarse y atacar las células T.
¿Cómo funciona cabotegravir y cuál es su ventaja frente al tratamiento de PrEP tradicional?
Cabotegravir funciona como un inhibidor de la enzima integrasa del VIH, lo que impide que el virus pueda integrar su material genético en las células humanas (T), interrumpiendo el ciclo de replicación y previniendo la infección incluso tras haber estado en una posible exposición al virus.
El tratamiento, a comparación de la administración vía oral, debe aplicarse semestralmente por vía inyección y ser administrado por personal de salud, acompañado de chequeo y monitoreo constante para un mejor control del estado de salud del paciente, logrando así un estilo de vida saludable y sin complicaciones.
Dentro de sus ventajas se encuentra la mayor adherencia, ya que requiere menos dosis y facilita que el paciente acceda a este tipo de tratamientos; su alta eficacia, que bajo los estudios clínicos realizados lo posiciona con una mayor ventaja frente al PrEP oral tradicional; y, uno de los aspectos más importantes, la reducción del estigma social, ya que resulta más discreto al no ser un medicamento de uso diario que deba tomarse en lugares públicos o laborales.
Por el momento, solo queda esperar a recibir mayor información sobre el costo, los lineamientos de regulación clínica y su disponibilidad en los servicios de salud pública del país. Lo que sí es importante es no bajar la guardia ni dejar de lado la manera de prevención más eficaz: el uso de preservativos y los estudios clínicos regulares para su oportuna detección. Recuerda vivir una vida sexual activa con responsabilidad.
Deja un comentario