El Tribunal Estatal Electoral de Nuevo León (TEENL) sancionó al influencer Adrián Marcelo por violencia política de género contra Mariana Rodríguez, excandidata a la alcaldía de Monterrey y primera dama de Nuevo León. Mariana había presentado una denuncia alegando que Marcelo, presuntamente contratado por su rival electoral Adrián de la Garza, usó comentarios misóginos y estereotipos para atacarla en un video en YouTube durante las elecciones de 2024.

En su resolución, el TEENL concluyó que las declaraciones de Adrián Marcelo hacia Mariana Rodríguez, incurrieron en violencia política de género, una sentencia que generó reacciones encontradas y puso en debate la delgada línea entre opinión pública y agresión.

Los micromachismos

El TEENL consideró que las expresiones de Adrián Marcelo fueron “lascivas, grotescas” y llenas de “micromachismos”. Este caso resalta cómo ciertos comentarios, disfrazados de humor o crítica, pueden perpetuar estereotipos que afectan la percepción pública de las mujeres en la política y en cualquier espacio de poder. 

Las frases del youtuber, argumentó el tribunal, no sólo impactaron a Mariana, sino que refuerzan un discurso que minimiza las capacidades de las mujeres y las reduce a estereotipos. Aunque Adrián Marcelo alegó que sus comentarios eran parte de un “ejercicio de periodismo,” este incidente evidencia la falta de responsabilidad que a veces caracteriza a figuras públicas al abordar temas de género.

¿Libertad de expresión o violencia de género?

Si bien Adrián Marcelo defendió sus declaraciones bajo el derecho a la libertad de expresión, el TEENL demostró que ese derecho no es una carta blanca para incurrir en violencia de género. Este caso subraya la necesidad de comprender que el humor, la crítica o la sátira no pueden ser excusas para perpetuar violencia de género. 

La línea entre libertad de expresión y violencia no es tan difusa como algunos argumentan, y los influencers, especialmente aquellos con gran alcance, deben entender que sus palabras tienen consecuencias.

Reacciones a la sanción: ¿arrepentimiento o burla?

Tras la amonestación pública, el influencer mostró una actitud desafiante al responder en redes con la frase “¿Cuánto es?”, dejando entrever una falta de autocrítica y de empatía hacia el tema de fondo. En vez de asumir el fallo como una oportunidad para replantearse sus acciones —que han sido una constante en él—, su reacción parece trivializar el proceso y el impacto de sus palabras, lo cual añade otra capa de complejidad al tema. Sí, tenemos el derecho a expresarnos, pero también la responsabilidad de fomentar un diálogo que no promueva ni tolere la violencia.

La sanción 

Aunque el fallo fue enérgico al señalar la violencia política de género, las medidas fueron limitadas: una amonestación pública y medidas de reparación. En un país donde la violencia contra las mujeres es una problemática creciente, surgen dudas sobre si estas sanciones son suficientes. ¿Es una simple amonestación pública una consecuencia adecuada para un caso de violencia de género en redes sociales? 

La resolución del TEENL parece ser sólo el inicio de una discusión necesaria sobre cómo deben abordarse estas situaciones.

La situación entre Adrián Marcelo y Mariana Rodríguez plantea una lección clara para todxs: la libertad de expresión viene con una gran responsabilidad. Este fallo nos recuerda que el lenguaje tiene poder, y que figuras con influencia deben entender su papel en la construcción de una sociedad que respete y valore a las mujeres en la política y en todos los ámbitos. 
Además, pone sobre la mesa la necesidad de crear normativas más claras y sanciones más contundentes para los casos de violencia de género en redes, donde los ataques pueden ser masivos y sus efectos, duraderos.