La tensión en Medio Oriente no para de aumentar. El conflicto entre Israel y Hezbollah, un grupo militante con base en Líbano, ha alcanzado uno de sus puntos más críticos. Tras meses de tensiones crecientes, el 23 de septiembre fue uno de los días más mortales en Líbano desde 2006, con cientos de muertos y otros miles de heridos, en su mayoría civiles. Este enfrentamiento ha intensificado las preocupaciones sobre una posible guerra a gran escala, similar a los conflictos previos entre ambos países.
¿Por qué Israel ataca al Líbano?
Hezbollah e Israel han estado en conflicto durante décadas, pero la situación se intensificó desde octubre, cuando Israel inició su ofensiva en Gaza. Hezbollah, que es parte de una coalición con Yemen, Siria, Gaza e Irak, ha llevado a cabo ataques coordinados contra Israel y sus aliados mientras continúa la guerra con Hamas, el grupo militante palestino en Gaza.
Además, Hezbollah ha declarado que persistirá en sus ataques contra objetivos israelíes mientras la guerra en Gaza siga activa, a lo que Israel también ha respondido con ataques.
Los ataques más recientes
La semana pasada, Israel lanzó un ataque aéreo contra un edificio residencial en Beirut, resultando en la muerte de Ibrahim Aqil, un comandante de alto rango de Hezbollah.
Este ataque se produjo en un momento en que Líbano ya estaba en crisis, tras una serie de explosiones menores que afectaron los dispositivos de comunicación de los miembros de Hezbollah, como buscapersonas y walkie-talkies, en el que murieron al menos 45 personas.
Este lunes, los bombarderos israelíes hicieron el ataque más mortal en la historia de Líbano hasta ahora, dejando a más de 500 muertos y más de 1,600 heridos, entre ellas docenas de niños, médicos y civiles que huían de sus hogares cuando las bombas impactaron.
El Ejército de Israel afirma haber atacado a 1,600 activos de Hezbollah; sin embargo, sus bombas lograron dañar múltiples infraestructuras civiles, como escuelas y hospitales. Por su parte, Hezbollah respondió con lanzamientos de cohetes dirigidos a ciudades israelíes. Este enfrentamiento ha causado no sólo la muerte de cientos de civiles, sino que también ha desplazado a más de 100.000 personas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha insistido en que el conflicto no es con el pueblo libanés, sino con Hezbollah, a quienes acusa de usar a civiles como escudos humanos. A pesar de los esfuerzos diplomáticos internacionales para reducir la violencia, el conflicto sigue intensificándose.
Escenario humanitario devastador
El impacto humanitario en Líbano es alarmante. Según organizaciones como ActionAid, el país ya enfrentaba una profunda crisis económica antes de esta escalada. Ahora, la situación ha empeorado drásticamente, con miles de personas desplazadas, muchas de ellas refugiadas sirias y palestinas que ya vivían en condiciones precarias.
El daño a la infraestructura vital, como hospitales y carreteras, agrava aún más la situación. Organizaciones humanitarias piden a la comunidad internacional que aumente la asistencia, pero la falta de fondos y la escalada continua de la violencia dificultan la entrega de ayuda
Perspectivas de un conflicto a gran escala
El riesgo de que este conflicto local se transforme en una guerra regional es alto. Analistas de defensa advierten que Hezbollah ha acumulado una enorme cantidad de misiles y armas desde su última confrontación con Israel en 2006, lo que podría permitirles sostener una guerra prolongada. Mientras tanto, Israel se prepara para una posible confrontación a gran escala, aunque su enfoque principal sigue siendo Gaza.
Origen de Hezbolla y tensiones históricas
El conflicto histórico entre Líbano e Israel se remonta a la creación del Estado de Israel en 1948, cuando miles de palestinos buscaron refugio en Líbano tras la guerra árabe-israelí.
Durante décadas, las tensiones crecieron, especialmente a raíz de la presencia de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) en el sur de Líbano, desde donde lanzaron ataques contra Israel. En respuesta, Israel invadió Líbano en 1982, lo que desencadenó una ocupación de 18 años en el sur del país.
Esta intervención militar resultó en la formación de Hezbollah, un grupo chiita apoyado por Irán, que se convirtió en un actor clave en la resistencia contra Israel.
Tras la retirada israelí en 2000, las tensiones no desaparecieron, y estallaron nuevamente en 2006 con la Segunda Guerra del Líbano, un conflicto de un mes que devastó el sur de Líbano y provocó numerosas bajas civiles. Aunque ambos bandos declararon la victoria, Hezbollah emergió como una fuerza política y militar más fuerte, mientras que Israel continuó considerando al grupo como una amenaza existencial.
Desde entonces, las tensiones se han mantenido latentes. En meses recientes, los ataques se han intensificado, a raíz de un ataque de Israel, el cual mató al comandante militar más alto de Hezbolla, Fu’ad Shukr. En represalia, Hezbollah lanzó cientos de drones y misiles contra objetivos en Israel en agosto.
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