En un mundo donde el control sobre el cuerpo de las mujeres sigue siendo objeto de debate, el 28 de septiembre, Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal y Seguro, se convierte en un recordatorio de que el acceso al aborto no es un privilegio, sino una cuestión urgente de justicia social y salud pública.
Simboliza la lucha constante de las mujeres por la autonomía sobre su cuerpo y salud. No se trata únicamente de legalizar el aborto, sino de garantizar que todas tengan acceso seguro y digno a serviciós médicos sin ser criminalizadas.
Aborto seguro, una lucha que salva vidas
El acceso limitado o nulo a servicios de salud seguros obliga a miles de mujeres a optar por procedimientos clandestinos, poniendo en riesgo su vida y su salud.
Muchas mujeres enfrentan situaciones complejas que van desde embarazos no deseados, abuso sexual, falta de recursos, hasta complicaciones médicas que ponen en peligro su salud. En este sentido, el 28S representa no solo una demanda de acceso a procedimientos seguros, sino también de respeto, comprensión y acompañamiento.
En México, la situación ha cambiado progresivamente. Estados como la Ciudad de México y Oaxaca han legalizado el aborto hasta las 12 semanas de gestación, un avance importante. Sin embargo, aún hay regiones donde el aborto sigue criminalizado, obligando a mujeres a buscar alternativas peligrosas o a enfrentar procesos judiciales.
El aborto como cuestión de seguridad pública
Cuando el aborto se penaliza, las mujeres más afectadas son aquellas en situaciones de vulnerabilidad. La criminalización no detiene los abortos, solo los hace más peligrosos. Los riesgos asociados a procedimientos inseguros van desde hemorragias, infecciones graves, hasta la muerte.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de 25 millones de abortos inseguros se realizan cada año en el mundo, la mayoría en países donde el acceso es restringido. En este sentido, el aborto seguro es también una cuestión de seguridad pública. La salud de las mujeres, su vida y bienestar, no deberían depender de su acceso a recursos o del lugar donde viven.
¿Por qué el aborto debería ser legal y seguro? ¿Por qué importa tanto? Porque el aborto seguro es una necesidad, no un capricho. Porque ninguna mujer debería arriesgar su vida por decidir sobre su cuerpo. Porque el estigma y la violencia institucional todavía rodean al aborto. Porque todavía hay países donde se penaliza a las mujeres que lo practican.
Debemos dejar de estigmatizar el aborto
Existe evidencia científica sólida que demuestra que el aborto seguro tiene una tasa de mortalidad inferior a 1 por cada 100,000 procedimientos. Además, estudios han confirmado que el aborto no aumenta el riesgo de enfermedades mentales, cáncer de mama o infertilidad. La desinformación y los prejuicios sólo perpetúan el estigma.
Asimismo, legalizar el aborto no obliga a nadie a interrumpir su embarazo, pero sí garantiza que quienes lo necesiten puedan hacerlo de manera segura y digna. Puede que no te agrade la idea del aborto, sin embargo, no puedes quitarle esa opción a millones de mujeres.
¿Qué hacer en caso de querer abortar?
Si una mujer desea interrumpir su embarazo, el primer paso es informarse sobre la legislación en su estado. En regiones donde el aborto es legal, como la Ciudad de México, puede acudir a clínicas de salud pública que ofrecen el procedimiento de manera segura y gratuita.
En lugares donde el aborto sigue penalizado, existen organizaciones que brindan información sobre procedimientos seguros y acceso a medicamentos. Es crucial evitar clínicas clandestinas o métodos caseros, ya que estos pueden poner en riesgo la vida.
Lo vital es acercarse a asociaciones feministas que cuenten con un círculo de apoyo, donde ofrezcan orientación y acompañamiento médico y emocional.
El 28 de septiembre es el grito de miles que exigen respeto, empatía y acceso a la salud sin barreras ni juicios. Representa a todas aquellas mujeres que han sido silenciadas, criminalizadas o condenadas por ejercer su derecho a decidir.
Este día, alzamos la voz no sólo para despenalizar el aborto en todos los rincones del mundo, sino para garantizar que cada mujer tenga acceso a procedimientos seguros, acompañamiento médico, y que ninguna más sea tratada como criminal por tomar decisiones sobre su propia vida. ¡El 28S es una batalla por la libertad y por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos sin miedo!
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