A poco más de una semana del fallecimiento de Liam Payne, exintegrante de One Direction, miles de fans están alzando la voz con una petición en Change.org, exigiendo una ley para cuidar el bienestar mental de las y los artistas. Con casi 50,000 firmas, le piden a la industria del entretenimiento que se haga responsable de lo que está pasando con sus estrellas.
La presión de la fama y la necesidad de una ley
No es ningún secreto que las y los artistas, desde las más grandes estrellas hasta quienes apenas empiezan, están bajo una presión constante. Entre giras, contratos, hate masivo en redes sociales, el peso mental que cargan es brutal.
La petición en Change.org pide a los legisladores que tomen cartas en el asunto con una ley que ofrezca chequeos regulares de salud mental, descansos obligatorios y acceso a profesionales de salud en los sets de grabación. Esto, según fans, podría salvar vidas y crear un ambiente más saludable para quienes brillan frente a las cámaras.
La lucha silenciosa de Liam Payne
Liam Payne había hablado abiertamente de sus batallas con la salud mental. En una entrevista en 2019, confesó que hubo momentos en los que sintió que “no iba a sobrevivir”, debido a la soledad y la presión constante. Tras la separación de One Direction, Liam luchó con problemas de alcohol y depresión, algo que, lamentablemente, es común en la industria musical.
El verano pasado, celebró seis meses de sobriedad, y parecía que las cosas estaban mejorando. Pero su historia refleja la de muchas otras celebridades que no reciben el apoyo necesario. Tras su muerte, artistas como Robbie Williams y Sharon Osbourne señalaron como responsable directamente a la industria por la falta de cuidado y apoyo a sus artistas, sobre todo a las y los más jóvenes.
¿Por qué es urgente una ley?
La realidad es que la industria del entretenimiento puede ser tan tóxica como brillante. Las exigencias de la fama, los tours interminables, presiones de los críticos y mismos fanáticos, sin contar lo abrumadoras que pueden ser las redes sociales, afectan a muchas y muchos jóvenes que no están preparados para lidiar con todo eso. Y lo peor es que en muchos casos no hay suficiente apoyo para mantenerlos a flote.
Sí, necesitamos una ley. Una que proteja la salud mental de las y los artistas, que les permita descansar, y que ponga su bienestar por encima de los intereses comerciales. No se trata sólo de Liam Payne; es un problema que afecta a miles de personas en esta industria.
Una ley podría hacer la diferencia, dando a las y los artistas las herramientas necesarias para manejar la presión y vivir su vida de una forma más equilibrada. Tal vez sea el momento de romper con el estigma de que “es el precio de la fama”, porque nadie debería sacrificar su salud mental por hacer lo que ama.
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