En un giro digno de un relato paranormal y muy acorde a las fechas, la Cámara de Diputados se convirtió en escenario de una historia de fantasmas… o al menos de un voto fantasma.
Pedro Haces, diputado de Morena, admitió que no estuvo presente en el recinto durante la votación de la controversial reforma anti-impugnación. Pero, pequeño detalle: ¡su voto a favor de la reforma sí apareció registrado en el tablero! La pregunta es evidente: ¿quién hizo el “trabajo sucio” de votar en su lugar?
Porque, en teoría, las reglas son claras: para reformas constitucionales, cada diputado debe votar personalmente. Entonces, ¿cómo es posible que un “voto fantasma” se colara en el registro oficial? Este evento de ultratumbisima deja dudas sobre la integridad del proceso y apunta hacia un agujero negro en la transparencia legislativa.
Ricardo Monreal y Sergio Gutiérrez Luna, como rostros visibles de Morena y de la Cámara, están en el ojo del huracán. Irónicamente, la reforma anti-impugnación que tanto defendieron fue diseñada precisamente para impedir que se puedan cuestionar las votaciones… ¡Vaya casualidad!
Doble truco: Borran el voto fantasma de la Gaceta Parlamentaria
Por si la historia no fuera lo suficientemente fantasmagórica, el acto paranormal no se detuvo ahí. Tras el escándalo, la Gaceta Parlamentaria, ese documento oficial que debería registrar fielmente el voto de cada diputado, mostró una nueva versión: de los 340 votos originales, ahora aparece uno menos.
El voto de Haces desapareció de la Gaceta, como si intentaran borrar todo rastro de la anomalía. ¿Pensaron que nadie se daría cuenta? Error.
Este “doble fraude” no es sólo una irregularidad técnica; es una burla a las y los ciudadanos y un golpe a la confianza pública. La historia del “voto fantasma” promete convertirse en una de esas leyendas urbanas políticas que, con el tiempo, revelan lo que muchos y muchas ya sospechan: que, en ocasiones, el verdadero “fantasma” o “ente ficticio” es la transparencia.
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