La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ya tuvieron su primera llamada, y al parecer fue bastante cordial. “Tuvimos una llamada muy cordial con el presidente electo Donald Trump, en la que hablamos de la buena relación que habrá entre México y Estados Unidos”, anunció Sheinbaum.
Esta charla llega en un contexto tenso: Trump ganó con una mayoría considerable y trae consigo una fama de políticas fuertes y retórica antimexicana.
La estrategia de no provocar
La relación entre México y Trump no es sencilla. Recordemos que el republicano no ha sido precisamente el amigo más cercano de México, lanzando amenazas sobre guerra arancelaria y, en el pasado, proponiendo medidas duras contra la migración y el tráfico de drogas.
Pero parece que Sheinbaum no está dispuesta a ceder: “Será una relación de respeto y trabajo conjunto”, como ya ha mencionado anteriormente. Esta postura de respeto mutuo, señalan críticos, no sólo es estratégica, sino también necesaria para asegurar que las tensiones no escalen.
Y es que, aunque Trump ha mostrado una retórica agresiva hacia México, Sheinbaum ha insistido en que la relación con Estados Unidos puede continuar siendo buena si se respeta la soberanía de ambos países. “El diálogo es clave”, subrayó en sus redes sociales un día antes de la llamada.
Los retos de un “Trump 2.0”
A pesar de la calma que quiere proyectar Sheinbaum, la victoria de Trump ha desbordado el nerviosismo en muchos sectores mexicanos. Su promesa de una política aún más dura sobre la migración y la lucha contra el narcotráfico pone a México en una posición incómoda.
El análisis de expertos como el exembajador Arturo Sarukhán sugiere que el “Trump 2.0” vendrá con más poder y menos contrapesos internos, lo que podría traducirse en decisiones aún más fuertes hacia México.
¿Cómo se preparó Sheinbaum para esto?
Sheinbaum, que apenas lleva un mes en el cargo, sabe que enfrentarse a Trump no es tarea fácil. Pero parece confiada en la estabilidad económica del país, a pesar de las fluctuaciones en el tipo de cambio tras el resultado de las elecciones. En un intento por argumentar su calma, destacó que los flujos migratorios han disminuido, lo que podría ser una señal positiva para el nuevo gobierno de Trump.
Lo que también se dejó ver en esta llamada es la voluntad de Sheinbaum de mantener la diplomacia sin perder de vista lo que es importante para México: su soberanía y el respeto a sus acuerdos internacionales. Aunque no todo es color de rosa.
Un tema polémico que muchos mencionan es la posibilidad de que Trump designe a los carteles mexicanos como grupos terroristas, lo cual abriría la puerta a posibles intervenciones militares. Aunque, Sheinbaum rechazó esa idea y señaló al senador panista Marko Cortés por apoyar esta idea. “No sé si decir que está haciendo el ridículo o de plano llamarle traidor a la patria”, señaló la presidenta. “Está llamando a una intervención extranjera”, dijo.
La primera llamada ya pasó, y aunque no sabemos qué traerá el futuro, México tendrá que enfrentar este nuevo capítulo en su relación con el “vecino incómodo” y principal socio comercial.
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