¡Agárrate o que mejor se agarre el primer ministro de Israel! Porque la Corte Penal Internacional (CPI) acaba de emitir una orden de detención contra nada más y nada menos que él, Benjamin Netanyahu. Y no viene solo en esta acusación, también está involucrado su exministro de Defensa, Yoav Gallant. ¿El motivo? Crímenes de guerra relacionados con el conflicto en Gaza.
¿Por qué van tras Netanyahu?
La acusación es seria y escalofriante. Según la CPI, Netanyahu utilizó la hambruna como un arma de guerra, bloqueando alimentos y suministros vitales para Gaza desde que estalló el conflicto. Y si eso te parece poca cosa, también lo señalan de ordenar ataques deliberados contra civiles. ¡Así de grave! El fiscal Karim Khan fue muy serio cuando aseguró que estos actos no pueden quedar impunes.
Gallant, que era el brazo derecho de Netanyahu en Defensa, tampoco se libra: está acusado de los mismos crímenes. Ambos ahora tienen un gran problema porque, aunque ahorita están en Israel, cualquier intento de salir del país podría acabar con su arresto en otro territorio. ¿Se atreverán a viajar?
Esta orden de detención fue solicitada desde mayo, pero hasta ahorita (seis meses después) la Corte Penal Internacional decidió darle el visto bueno y emitirla.
Hamás no se queda fuera
Y si pensabas que esto sólo iba contra Israel, ¡sorpresa! La CPI también lanzó una orden de arresto contra Mohammed Deif, el temido líder militar de Hamás.
Lo acusan de todo: asesinatos, torturas, violaciones y otros crímenes de guerra. Pero aquí hay un detalle inquietante: se dice que Deif ya fue eliminado por Israel en un ataque aéreo en septiembre. Hamás no ha confirmado nada, así que ahora nadie sabe si está vivo o no. ¡Es un verdadero misterio!
Reacciones desde Israel
Como era de esperarse, la política israelí está echando chispas. Gideon Sa’ar, el ministro de Asuntos Exteriores, tachó a la CPI de “herramienta política” y dijo que esta decisión es un ataque directo al derecho de Israel de defenderse. El presidente de Israel, Isaac Herzog fue aún más dramático, llamando a esto un “día oscuro para la justicia” y diciendo que la CPI se ha convertido en un “hazmerreír”. ¿Será que todo esto podría desatar más tensiones?
Con esta orden de detención en el aire, Netanyahu está prácticamente atado a Israel. Salir al extranjero podría significar su arresto, aunque no está claro si realmente esto sucederá.
Lo que sí es cierto es que la CPI acaba de encender un debate global sobre la justicia internacional, especialmente en un conflicto tan polarizado como el de Israel y Gaza. ¿Será este el comienzo de un cambio en la forma en que se juzgan los crímenes de guerra? O, como muchos temen, ¿todo quedará en palabras sin consecuencias reales?
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