Este miércoles, a las 4:09 AM en Líbano (22:09 horas del martes en México), entró en vigor un alto el fuego entre Israel y Hezbolá, poniendo fin a más de un año de combates que no sólo han devastado el sur de Líbano, sino también la vida de miles de personas en ambos lados de la frontera.
Sin embargo, la tregua, que fue mediada por Estados Unidos, ha dejado muchas preguntas abiertas y no ha detenido por completo las tensiones en la región.
El contexto detrás del alto al fuego
Para entender la importancia de este alto al fuego, tenemos que ver qué ha ocurrido en los últimos 14 meses. La guerra estalló cuando Hezbollah, respaldado por Irán, comenzó a lanzar ataques en apoyo a Hamas tras la incursión de este grupo palestino a Israel en octubre de 2023.
Esto llevó a Israel a una ofensiva masiva, no sólo contra Gaza, sino también contra las fuerzas de Hezbolá en el sur de Líbano. Mientras tanto, los bombardeos israelíes a las afueras de Beirut han causado miles de muertos y desplazados en Líbano, y la situación en Gaza ha sido devastadora.
A pesar de la brutalidad del conflicto, el acuerdo de tregua intenta poner un freno, por ahora, a los combates entre Israel y Hezbolá. El alto el fuego propone una pausa inicial de dos meses, tiempo durante el cual Israel se retiraría de Líbano y Hezbolá desmantelaría su presencia armada en la frontera sur del país.
El acuerdo: ¿Qué implica?
El acuerdo establece que, durante estos dos meses de tregua, Israel se retirará del Líbano, mientras que Hezbollah deberá retirar sus tropas del sur del país, una medida que busca restablecer la estabilidad en la frontera.
Además, se desplegarán soldados libaneses y cascos azules de la ONU en la zona para garantizar el cumplimiento. El acuerdo también crea un comité internacional, encabezado por Estados Unidos, para monitorear las acciones de ambas partes.
Sin embargo, aunque este acuerdo puede ser visto como un paso positivo, no todas las personas lo ven de la misma forma. Por un lado, el ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben Gvir, calificó el acuerdo como un “error histórico”, mientras que Hezbollah, aunque aceptó la tregua, aún se muestra reticente a firmar cualquier acuerdo sin antes revisar sus detalles finales.
Tensiones por la soberanía, y ¿qué pasa con Gaza?
El acuerdo también ha provocado desacuerdos sobre la soberanía de Líbano. Hezbollah rechaza cualquier acuerdo que no respete la soberanía libanesa, de no ser así ya han amenazado con ataques más duros; mientras, Israel insiste en que tiene el derecho de actuar si considera que su seguridad está amenazada, lo que podría generar más tensiones. De hecho, si las partes no logran acordar los términos de seguridad y control fronterizo, esta tregua podría volverse insostenible.
Además, el alto al fuego únicamente se limita a Líbano, lo que ha generado frustración entre los palestinos. Para ellos, cualquier tregua entre Israel y Hezbolá debería haber incluido también un alto al fuego en Gaza, donde la situación sigue siendo crítica. La guerra en Gaza, que ha dejado más de 44,000 muertos, sigue fuera del radar de este acuerdo, lo que ha sido un duro golpe para las familias palestinas y las víctimas del conflicto.
La amenaza de un conflicto regional
Aunque el alto al fuego entre Israel y Hezbolá es un alivio para el sur de Líbano, las tensiones en la región siguen latentes. A pesar de la tregua, las milicias respaldadas por Irán, como las que operan en Siria e Irak, siguen siendo una preocupación constante. Israel ha mantenido ataques aéreos en Siria y ha amenazado con intervenciones en Irak, lo que deja claro que la guerra en la región podría extenderse si no se logran acuerdos más amplios.
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, advirtió sobre el riesgo de que la situación en Gaza y Líbano se desborde, arrastrando a otros países, como Siria, a un conflicto más grande que podría tener consecuencias aún más devastadoras.
Por ahora, el alto al fuego parece haber traído algo de alivio a ciertas poblaciones afectadas, pero la verdadera prueba será si las partes pueden mantener la calma y cumplir con los términos del acuerdo.
Mientras tanto, la situación en Gaza sigue siendo crítica, y la incertidumbre sobre el futuro de la región persiste. Los palestinos, que esperaban que la tregua fuera un paso hacia una paz más duradera, se ven atrapados en una guerra sin fin, con la esperanza de que algún día, tal vez, se les haga justicia.
La tregua entre Israel y Hezbolá puede ser un respiro, pero lo que ocurra en los próximos meses será clave para determinar si la región finalmente puede hallar la paz o si este conflicto se reavivará con aún más intensidad.
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