El caso de Debanhi Escobar, la joven universitaria de 18 años cuya muerte sigue sin esclarecerse, volverá a estar en el centro de atención en 2025 con el estreno de un documental.
Este proyecto, según el padre de Debanhi, busca reconstruir los errores y negligencias de las autoridades encargadas de investigar su caso, en particular la Fiscalía de Nuevo León y la Fiscalía General de la República (FGR). A más de dos años de los hechos, no se ha identificado a los responsables de su feminicidio.
¿Qué sabemos del documental?
Mario Escobar, padre de Debanhi, compartió en entrevista con la agencia EFE que este documental fue realizado por una reconocida cadena internacional, cuyo nombre no reveló por razones legales. Según Escobar, el documental podría titularse Debanhi: ¿Quiénes mataron a nuestra hija? y narrará los eventos desde la desaparición de la joven el 9 de abril de 2022 hasta la actualidad.
“Son entrevistas con mi esposa y conmigo y con personas que participaron, de acuerdo con lo que vivieron, e investigaciones muy profesionales. Cuidando mucho lo del peritaje abierto en la carpeta”, explicó Mario Escobar.
El proyecto también abordará las fallas en la investigación, desde las omisiones de la Fiscalía de Nuevo León hasta la decisión de la FGR de no clasificar el caso como feminicidio.
Un documental que busca justicia, no lucro
Mario Escobar también mencionó que recibirán un pago por realizar el documental, pero que los recursos económicos obtenidos por la familia serán destinados a continuar las investigaciones del caso. Actualmente, están financiando un nuevo peritaje, que sería el cuarto análisis forense realizado, con el objetivo de que las autoridades validen el crimen como feminicidio.
“Como es sabido nunca hemos lucrado nosotros. Sí hubo algo económico, pero es para seguir con las investigaciones del caso, hay que recordar que nosotros en este momento estamos contratando un peritaje por nuestra cuenta para avalar con un médico forense, que ya sería una cuarta opinión, y tratar de validar el feminicidio”, afirmó el padre.
El caso que sacudió a México
Debanhi desapareció el 9 de abril de 2022 en Nuevo León. Durante 12 días, su familia la buscó con desesperación hasta que su cuerpo fue encontrado en una cisterna del Motel Nueva Castilla. Desde entonces, las inconsistencias en la investigación y la falta de claridad sobre las causas de su muerte han dejado a sus padres con más preguntas que respuestas.
“Ha sido mucha impotencia, mucho coraje que tengo hacia las autoridades porque no hicieron el trabajo aquí en Nuevo León. Me siento muy desilusionada, decepcionada de todas las autoridades porque uno confía en que te van a defender y nada, uno es el que tiene que estar luchando para que se resuelva su caso”, expresó Dolores Bazaldúa, madre de Debanhi.
Las distintas versiones sobre lo que le ocurrió —que murió ahogada, que sufrió un accidente o que fue golpeada— han generado una indignación colectiva que no se apaga.
Ante la falta de avances, recientemente la familia Escobar ha solicitado el apoyo de instancias federales. Dolores Bazaldúa pidió directamente a la presidenta de México que intervenga en el caso.
“Vamos a presentarnos con el equipo de la Secretaría de Gobernación y que la presidenta de México nos pueda apoyar en el caso de nuestra hija para que de un aceleramiento en el caso de nuestra hija porque ya son dos años y ocho meses y no hay nada. Eso nos tiene agobiados y tristes. Tenemos la confianza de que nos pueda escuchar como mujer, como madre”, declaró recientemente.
¿Qué tan buena idea es hacer un documental?
El caso de Debanhi no sólo representa una tragedia personal; también simboliza la descomposición de un sistema que constantemente le falla a las mujeres. En este contexto, un documental puede ser una herramienta valiosa para visibilizar la problemática. Permite que la historia de Debanhi trascienda el tiempo, y que las fallas de las autoridades queden expuestas en un formato que alcance audiencias masivas.
Además, este tipo de proyectos puede sensibilizar, generar empatía y presionar para que se adopten cambios estructurales en las instituciones de justicia.
Sin embargo, también es importante señalar que no todo en los documentales de este tipo es positivo. Uno de los mayores riesgos es caer en la revictimización. La historia de Debanhi, como muchas otras víctimas, podría convertirse en un producto de consumo mediático, más enfocado en alimentar el morbo de la audiencia que en respetar la dignidad de la víctima.
A menudo, estos proyectos explotan el sufrimiento para captar la atención, reforzando narrativas sensacionalistas que no abordan de fondo las raíces del problema. Asimismo, el género documental, particularmente el true crime, a veces perpetúa estereotipos sobre la violencia contra las mujeres.
Presentar estos casos de manera errónea desvía la atención de las causas estructurales de la violencia, como el machismo, la impunidad y la negligencia institucional. En el peor de los casos, este enfoque puede trivializar los feminicidios al presentarlos como entretenimiento.
El reto del documental
Por eso, este proyecto conlleva un reto enorme. De realizarse desde la empatía y la perspectiva de género podría ser un poderoso aliado en la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Al visibilizar la historia de Debanhi con respeto, el documental no sólo podría honrar su memoria, sino también abrir un espacio para cuestionar cómo operan las instituciones encargadas de impartir justicia y por qué siguen fallando.
La historia de Debanhi merece ser contada, claro que sí, pero también exige que se haga con sumo cuidado. Narrar su caso desde un enfoque humano, crítico y comprometido puede contribuir a un cambio social, pero caer en el sensacionalismo sólo reforzaría un sistema que ya ha fallado demasiadas veces.
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