Jorge Romero gana dirigencia del PAN: ¿fin del PAN o podrá renovarse?

El Partido Acción Nacional (PAN) acaba de vivir un proceso electoral interno que dejó más preguntas que respuestas. Jorge Romero, el exjefe delegacional de Benito Juárez en la Ciudad de México, fue elegido como el nuevo presidente del partido. ¿Realmente se está renovando el PAN o sólo es más de lo mismo? Vamos a desmenuzar este asunto. 

Un candidato cuestionado

Romero no es un desconocido para la política mexicana. De hecho, está vinculado a lo que se ha llamado el “cártel inmobiliario”, un grupo de poderosos empresarios y políticos que, según denuncias, se benefició de prácticas de corrupción, como las extorsiones a empresas y el control del padrón de militantes. 

Esto no es un secreto, al parecer, muchos lo conocen por su paso en la Alcaldía Benito Juárez, donde varios empresarios revelaron cómo operaba este sistema de extorsión y cómo se beneficiaban de las asociaciones de ambulantes, que generaban millones de pesos para el grupo.

¿Es esto una renovación o más de lo mismo?

La llegada de Romero al frente del PAN no es un ejemplo de “renovación”, como se prometió. La misma Claudia Sheinbaum, en una de sus conferencias, dejó claro que este grupo político ha sido uno de los grandes responsables de la corrupción en la capital

Así que, si esperabas un cambio radical en el PAN —aunque realmente casi nadie esperaba algo de este partido—, parece que no será tan fácil. Según Sheinbaum, este proceso de elección no fue más que un intento de mantener el mismo esquema de poder.

La abstención y las dudas sobre el proceso

A pesar de la victoria de Romero con casi el 80% de los votos, lo cierto es que el proceso electoral estuvo marcado por una baja participación, con una abstención (o sea que un montón de gente ni se molestó en votar) que rondó el 65%, como quien diría reunió más personas tu tío en su divorcio. 

Y esto no es cualquier cosa. En un partido que afirma representar la democracia, ¿es posible hablar de legitimidad cuando casi dos tercios de su base no se presentaron a votar? Incluso su contrincante, Adriana Dávila, cuestionó abiertamente el proceso y denunció que la elección fue todo menos equitativa. ¿Qué mensaje manda esto a los votantes y militantes?

El bloque de Marko Cortés sigue en el poder

Jorge Romero no está solo. Este triunfo es, en muchos sentidos, el pago de favores dentro de un partido en el que el poder se reparte entre unos pocos. De hecho, por ahí dicen que Marko Cortés, el exlíder del PAN, pactó con Romero mucho antes de la elección, asegurando que el exdelegado se convertiría en el líder del partido, independientemente de la votación. 

Así, las decisiones importantes del PAN seguirán pasando por las mismas manos que, por años, han estado al mando del partido, lo que deja poco espacio para una verdadera renovación, (finjamos sorpresa).

¿Realmente habrá un cambio?

Romero y su equipo hablan de una “nueva etapa” para el PAN, pero sus promesas de renovación son más vacías que las promesas de tu ex, sobre todo si tomamos en cuenta cómo se está manejando el poder dentro del partido. 

En lugar de escuchar nuevas voces y proponer nuevas ideas, parece que el PAN sigue apostando por los mismos actores y las mismas prácticas que, para muchas personas, han llevado al partido a su actual crisis de legitimidad y relevancia. En fin, el PAN siendo el mismo partido corrupto, nadaqueveriento y desquehacerado de siempre.


Según algunos críticos, este es el peor escenario para la democracia, y quizá se esté formando el peor y más oscuro partido de oposición en México.


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